La luna llena estaba alta en el cielo transparente de una noche cálida de diciembre. Mientras el mar soñaba arrullado por su propio murmullo, yo soñaba despierto echado sobre la arena, mirando al infinito. Sirio aquí, la Vía Láctea allá, mil estrellas que escapan a la luz de la ciudad en esta playa desierta.
Miro hacia un lado y veo, desordenadas, algunas piezas de ropa interior. Algo más allá un pantalón de jean, luego otro. Y más allá, posiblemente una camiseta y una musculosa.
Miro hacia mi otro lado. Allí está ella, desnuda, dormida ya, con su piel amorenada de los últimos días y un brillo blanquecino en sus curvas. La beso en su espalda y le paso la lengua. Lo mismo en sus nalgas. Ni se mueve. Sólo percibo su rítmica respiración en el vaivén de su cuerpo.
Vuelvo a mis reflexiones y sueños.
Aún nos quedan dos semanas. Pero los días pasan tan rápido...
Sólo aquí podría vivir a su lado por el resto de mi vida. ¿Cuál es el sentido de la civilización?
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
3 comentarios:
Lo que cuento es una idealización y además es producto de mi imaginación.
Pero seguro tenés razón.
tu reflexión tiene que tener un lugar fuera de la idealización... si comprendemos no puede ser que lo arruinemos.
También están las fuerzas del inconsciente, no sólamente las de nuestra comprensión. Pero sí, tiene que tener un lugar afuera. Sino la vida es puro sueño incumplido. Y para eso hay que tener la voluntad para concretar.
Me gustaron muchisimo tus comentarios :) y en pocas palabras dijiste un montón.
Publicar un comentario